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“Comida y arquitectura es un binomio que aunque inicialmente se nos antoja extraño, en realidad no se sitúan alejadamente. ¿La comida es invención o convención, es empírica o científica? Un proyecto no es la resolución de un programa exacto y fijo sobre un lugar impuesto, ni el territorio dicta más que una simple obsesión.
Construcción, procesos frente a resultado, el gusto, lo convencional, decoración frente a sustancia, pliegues, enrollamientos, química frente alquimia, lo natural y lo artificial, cartas de colorantes E, aditivos, edulcorantes aislando sensaciones, el concepto ampliado de los materiales, los usos y disfrutes, son campos de investigación comunes.
Se propone reflexionar sobre la propia definición de la arquitectura mediante el uso de técnicas, materiales y finalidades aparentemente fuera de los procesos usuales de la disciplina.”

SORIANO, FEDERICO. Artículos hipermínimos 6. En Fisuras de la cultura contemporánea, nº 7, tras mesa sobremesa. Pag. 96. Ed. de este número: Federico Soriano. Madrid, 2001.
La avidez de conocimiento y la pasión por la deriva son herramientas proyectuales que permiten adecuar las pautas de trabajo a un medio socio-cultural que evoluciona vertiginosamente.

En la medida en que el campo de intereses del arquitecto crece, se pueden establecer interferencias con diferentes disciplinas abordadas desde la indagación, el descubrimiento, el filtrado, la selección y la incorporación a los propios sistemas de trabajo. Esta vinculación crece hasta desbordar la definición literal de transdisciplinar, donde los elementos base son disciplinas cerradas y reconocibles, para rastrear argumentos de acción en todo tipo de categorías: la comida, una camisa, un poema, Dolly, un texto, obras de arte, un pez, humo, una maleta, un sampleado, un deporte, un fotograma. Todo forma en algún momento parte de la acción.

¿En que medida deben organizarse los estímulos?, ¿qué papel juega la acción teórica para desarrollar el trabajo multidisciplinar?, ¿qué relevancia tiene la identidad del arquitecto?, ¿qué papel juega el interés personal en un proceso contemporáneo?